EL NERD FOTOGRÁFICO Y SU MICROCOSMOS

Mi pasión por la tecnología me viene desde que, con 13 años, mi padre me comprara un PC 386 con su Windows 3.1, el glorioso paint, su lector de CD, y sus montones de iconos que no sabía para que servían. En aquella época se decía que la informática era el futuro, y que todo aquel que estudiara informática iba a tener la vida resuelta. Mi padre, por lo visto, pensó lo mismo. Y bueno, ha pasado el tiempo y todos hemos comprobado que no fue así, aunque tener conocimientos informáticos nos haya venido bien, y en mi trabajo como fotógrafo profesional, muy bien.

 

CRUCE DE CAMINOS

La pasión por la fotografía llegaría unos años después, con una pequeña cámara Olympus y una respetada Voigtlander propiedad de mi abuelo, siempre vista con mucho respeto y guardándole distancia.

El caso es que tras unos años manejando película fotográfica, mis dos mundos se unieron dando lugar a la fotografía digital, no se podía pedir nada más, era perfecto.

 

Desde la Fujifilm FinePix S1 Pro hasta el iPhone X

Nunca, creo que nadie, imaginó que la fotografía tomaría el camino actual, de eso trata la tecnología, de sorprenderte con cada nuevo avance e imaginar cual será el siguiente.

El gran ejemplo son los smartphones, que se convertirían en las cámaras más usadas del mundo, pudiendo hacer con ellos fotografías realmente buenas.

Pero hasta aquí, de momento.

Me entretiene escuchar podcast de tecnología, narrados por apasionados podcasters que lo viven de manera muy intensa, los escucho a diario, y a menudo, se vienen un poco arriba con la idea de otorgar a los smartphones de gama alta, capacidades fotográficas profesionales.

Un smartphone no es una cámara para un profesional

Aunque se que en el mundo existen fotógrafos y fotógrafas que en un momento dado le han dado un uso profesional al teléfono, intentar otorgarle ese uso de manera general es simplemente absurdo. Y es un error que comenten continuamente los voceros tecnológicos, que en su desconocimiento del trabajo diario de un fotógrafo profesional, ven en sus bonitas fotos en modo automático, un resultado de les llena de razón para soltar estar afirmaciones.

Ni la ergonomía, ni el manejo, ni su pequeño sensor, ni los resultados a ISOS medios, ni la resolución, ni casi nada, están a la altura de la exigencia del 99,9% de fotógrafos profesionales. Para ti, que eres un aficionado y que alucinas con poder hacer las fotos que haces teniendo pocos o ningún conocimiento en fotografía, es la leche, claro que sí, pero créeme, trabajar a diario con eso, es imposible, por lo que cuento más arriba y como siempre digo, al menos de momento.

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