La pesca del charrán (Esterna hirundo)

Por primera vez en mi vida, para todo hay una primera vez, he visto como pescaban con maestría un pájaro con sedal y anzuelo. Y es que África es una mina inagotable de cosas que sorprenden.

El charrán (Sterna hirundo) es un ave viajera que surca los mares desde el ártico llegando hasta Namibia, un nómada migratorio bello y de apariencia frágil que en una de sus múltiples escalas, pude fotografiar en las playas de Yoff Tongor en Dakar, Senegal.

Esta práctica llevada a cabo por los niños hijos de pescadores, nos pone los pelos de punta a los amantes de las aves, ya que todo es un juego, no los capturan por alimentarse.
La cosa es muy sencilla, unos metros de sedal, un anzuelo y un trozo de desperdicio de pescado, lo tiran al mar cuando recoge la ola y los charranes se lanzan a por el.

Un juego mortal

Al capturar al animal, los niños le quitan el anzuelo del pico y les parten las patas para que no puedan impulsarse y levantar el nuevamente vuelo, a veces incluso los dejan enganchados al anzuelo y los lanzan al aire para luego recuperarlos tirando del sedal.
Una práctica cruel y que en un rato de una tarde se llevó por delante más de 10 aves. No quiero ni pensar cuantos ejemplares caen en este juego mortal a lo largo del año.

¿Cómo explicarle a un niño que se ha criado en la calle, con todas las necesidades del mundo, que lo que está haciendo no está bien? Es su modo de vida y el modo que han encontrado para divertirse y de alguna manera hay que sustituir lo que hacen, por algo que les divierta y no atente contra las aves.

Yo por mi parte, me limito a contarlo como una curiosidad, ya que realmente no tengo ni idea de como se podría abordar una solución a algo como esto.
Hasta pronto.

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