Fotografiando en Omán con trípode y mochila Vanguard

Desierto, montañas, wadis, humedales, monzón y playas vírgenes. Omán es el gran desconocido de la península arábiga y su fauna lo es aún más. He viajado hasta aquí para conocer el país y fotografiar su naturaleza atraído por sus especies únicas, algunas al borde de la extinción.
Pocos saben que en este lugar habita el leopardo de Arabia, la hiena rayada, el caracal, o el prácticamente extinto oryx de Arabia. Y si contamos las más de 500 especies de aves registradas en el país, entre migratorias y residentes, hablamos de un destino fotográfico más que atractivo.
Para este viaje me he equipado con material Vanguard y en este articulo les cuento mis sensaciones sobre el terreno. Para aspectos técnicos del material, puedes seguir los enlaces.

 

Mi mochila fotográfica, la Vanguard Alta Sky 53

Para transportar y proteger mi equipo, utilicé la mochila Alta Sky 53, una de las pocas opciones del mercado que me permiten llevar un 500mm con la cámara montada. Esto era importante para mí, dado que en el desierto el aire transporta una finísima arena que se introduce fácilmente en la cámara si continuamente acoplas y desacoplas la cámara en el objetivo.

Al mismo tiempo, llevar la cámara montada en el objetivo, reduce el tiempo de respuesta ante un eventual encuentro con fauna, algo crucial para no perder fotos.
Por otro lado, la Alta Sky 53 pesa solo 2,7kg, 900gr menos que mi anterior mochila, y esa disminución de peso se agradece muchísimo cuando tienes que ajustar el peso de tu equipaje de mano.
Cuando cargamos con material tan pesado, la ergonomía cobra gran importancia. En este sentido la Alta Sky 53 se adaptó bien a mi espalda, resultando especialmente útil el diseño trasero de la mochila, compuesto por tres partes que separan parte de la superficie trasera de la espalda, creando un canal de aire que en un país caluroso como Omán vino muy bien.

Tengamos en cuenta que esta mochila está pensada para transportar gran cantidad de material, su interior es amplísimo y totalmente personalizable. El exterior está fabricado en un material resistente, discreto y que repele muy bien el agua.
Casi todo mi material fotográfico es de color oscuro, así que el color amarillo del interior hace que veamos rápidamente lo que estamos buscando. Es un detalle menor, pero me gusta.
Otro aspecto importante es que es una mochila que tiene acceso trasero al material, pero también es posible sacar la cámara desde un cómodo acceso superior con gran rapidez.

En cuanto a espacios y compartimentos, no eché en falta rincones donde guardar cosas. Cuenta con espacio para tableta, ordenador portátil, documentación, tarjetas de memoria, mecanismo para cargar un trípode de gran talla y laterales con bolsillos abiertos de neopreno, que ceden mucho y los utilicé para meter agua, cables, o cualquier cosa que requerí durante el viaje.
Recuerda que esta no es una mochila si tu equipo es reducido, esta es una compañera de viaje pensada para cargar.

Mi trípode, un Vanguard Alta Pro 2+ 263CT de fibra de carbono

Generalmente los equipos fotográficos de naturaleza full frame no son livianos. Aunque soy un fotógrafo dinámico al que le gusta ir al encuentro de la fauna, en ocasiones es necesario contar con la ayuda de un buen trípode que nos facilite el trabajo.
La clave está en encontrar un trípode equilibrado, ligero para viajar, que soporte el peso adecuado, que tenga la altura necesaria en función de tu estatura y que sea fácil de reparar en caso de rotura o atasco por arena.
En este caso en el Alta Pro 2+ 263CT encontré ese equilibrio, siendo la clave, el material de construcción, que lo hace ligero y robusto al mismo tiempo.

 

Es un trípode que uso prácticamente a diario, pero no lo había puesto a prueba con altas temperaturas, en la arena de la playa o dentro del agua, y la verdad es que en ningún momento se resintió.
Era receloso de los mecanismos de anclaje de las patas con la fina arena que transporta el viento del desierto, pero nunca mejor dicho «salió airoso»
Tuve la oportunidad de fotografiar el cielo nocturno de Omán, con exposiciones de hasta media hora, y obtuve buenos resultados. Al ser un trípode de fibra de carbono bastante ligero, lo clavé bien al terreno y le colgué mi mochila para que tirase de él hacia el suelo. No tuve trepidaciones.

Alta BH-300, una rótula versátil

Mi rótula tipo wimberley es casi más pesada que el propio Alta Pro 2+ 263CT, así que para viajar opté por la rótula Alta BH-300, que aunque es una pieza contundente, sigue siendo considerablemente más liviana.
Esta rótula de bola me permite un desbloqueo rápido y un bloqueo eficaz, me vale para hacer barridos y otro tipo de fotografía más allá del teleobjetivo. Es el tipo de compromiso que tienes que asumir cuando viajas y no puedes acarrear con una pieza de material por cada disciplina fotográfica que desempeñes.
El truco para trabajar bien con esta rótula y un equipo pesado, es ajustar bien el nivel de fricción, atendiendo al peso del equipo para evitar descuelgues.

Viajar a Omán ha sido una gran experiencia y fotográficamente hablando, un desafío. Contar con un buen equipo fotográfico lo ha hecho todo un poquito más fácil.
Si quieres ver alguna de las pruebas de material que he hecho sobre el terreno, puedes seguir este enlace.
Hasta pronto.

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