YAMAA EL FNA, LA PLAZA QUE NUNCA DUERME

 

Yamaa el Fna, yâmiʻ al-fanâʼ o Jemaa el-Fna, llámala como quieras, en Marrakech todos los caminos llegan a este punto neurálgico que, a modo de tarro de las esencias, resume todos los sonidos, olores y sabores de la Ciudad Roja marroquí.

Como si de un plató de cine se tratara, la plaza cambia de escenario de la noche a la mañana. De día se convierte en un espacio diáfano flanqueado por puestos permanentes de frutos secos, dátiles y zumo de naranja, (por sólo 40 dirhams, unos 0,40€, puedes tomarte un exquisito zumo recién exprimido), y al caer la tarde muestra su máxima agitación cuando la plaza es tomada por los puestos de comida, encantadores de serpientes y espontáneos corros en cuyo interior, se improvisa un concierto de darbukas o una clase magistral de algún matasanos que ofrece remedios sanadores.

¿Llevas cámara? Eres presa fácil.

 

En un sitio como este cualquier sobrio fotógrafo de meditados encuadres, puede sentir ganas de fotografiar todo aquello que le pase por delante, pero ojo, la plaza te observa. Auténticos artistas de la imagen viven y conviven en Yamaa el Fna, esperando ese momento en que les apuntes con la cámara para abalanzarse sobre ti reclamando su particular impuesto sobre derechos de imagen.

Da igual que no les hayas fotografiado a ellos o que ni siquiera hayas hecho la foto, encantadores de serpiente, amaestradores de macacos y aguadores, están ojo avisor para a la mínima ocasión acosarte forzándote a sacar la cartera. En este caso debes saber que no tienes ninguna obligación, todos ellos se tienen la lección muy bien aprendida y te incomodarán para conseguir su objetivo, tu mismo, es decisión de cada uno.

Músico showman callejero en la plazas Yamaa el Fna de Marrakech

Comer en la Plaza Yamaa el Fna

 

Si hacer frente a los depredadores de dirhams es mucho para ti, adentrarte en los laberintos de pinchos morunos, salchichas y chuletillas de cordero, puede ser una buena opción igual de fotogénica.

Los dueños de estos chiringuitos suelen ser más tolerantes con los fotógrafos, y realmente vale la pena tirar de ISO y hacer algunas fotos de los mostradores perfectamente colocados, o de los fogones en plena vorágine. Me hubiese venido bien tener el Sigma 85 mm 1.4 Art probado recientemente.

 

Desde arriba todo se ve mejor

 

Las terrazas que rodean la plaza son un reclamo difícil de ignorar ya que las imágenes desde lo alto son espectaculares. Cualquiera que elijas te gustará y te dará un plano distinto que te dejará satisfecho. Todas cuentan con un muro donde podrás apoyar un trípode pequeño que te permitirá tener más alternativas.

Ten en cuenta que para acceder a algunas es obligatorio una consumición, algo que no sólo no es un impedimento sino que además ayudará a mejorar la experiencia. Ver el atardecer junto a tu cámara y un té a la menta con esas vistas, como diría la propaganda, no tiene precio.

Una cosa más, sé precavido y ve temprano, coger un buen sitio junto a la barandilla no es fácil y es un requisito para hacer buenas fotos.

Plaza Yamaa el Fna de Marrakech al atardecer

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